Muchas veces son la solución ideal. En ciertos rubros donde la forma de trabajo es simple, no hay demasiado misterio y un software enlatado para ese rubro es lo correcto. Hay montones de sistemas, por ejemplo, para remiserías o maxiquioscos. En este tipo de negocios, no tiene un gran sentido el desarrollo de un software a medida ya que por mucho menos se puede comprar un enlatado que cubrirá todas las expectativas.
En otras ocasiones, encontramos software enlatado que fue diseñado justo para nuestro tipo de negocio. Económico y rápido. Lo compramos y lo instalamos. Al poco tiempo vemos que para ciertas costumbres de trabajo el sistema no sirve y ante cualquier cambio de reglas, el sistema queda retrasado y nadie responderá por él para hacer una modificación. Si fue comprado a una empresa importante, podremos solicitar que alguien lo modifique y el costo será para recordar toda la vida. Esto sin contar las innumerables ocasiones en las que tendremos que modificar nuestra forma de trabajo para que el sistema sirva (cuando debería ser al revés).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario